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27 de marzo de 2010

Génesis del Apocalipsis (Capítulo 1)

Hace  un par horas, visité una página que posteo mi amigo Jossue en su messenger, donde publicó una historia que me llamó mucho la atención, le pedí autorización para compartirla con ustedes y que la conozcan, ya saben, si no quieren comentar directamente en el blog, aquí del lado derecho tienen un cbox, para que posteen lo que deseen, espero compartan su opinión aquí en su blog, y sin más que agregar, les dejo el primer capítulo de ésta historia que me llamó la antención en lo que se lleva escrito:

AUTOR: JOSSUE ADOLFO SALAS REYES.

CAPÍTULO 1: DE CUANDO LA OSCURIDAD FUE MÁS OSCURA

Hace tiempo, mucho tiempo de atrás de cuando la luna era de queso y todo lo que conocemos era irreal, claro lo que era real en ese entonces para nosotros es irreal; todo era caos y oscuridad y solo el espíritu de los cuatro Dioses creadores revoloteaban sobre la oscuridad total.
-Hágase la luz y brillen en el cielo pequeños y grandes luceros que ilumine el firmamento-  -dijo Ré- y al instante cinco grandes luceros iluminaban a lo que conocemos como día y millones de luceros pequeños que cuando se les veía podrían asimilar que podrían caber en la mano de quien los miraba anunciaban a lo que conocemos como noche.
-Que las tierras se separen de los mares y la aguas se reúnan en grandes estanques dejando libre las arenas  del mundo- -dijo Terra- y el agua que cubría todo el mundo se almaceno en lo que conocemos como mares y  una tierra negra se descubrió debajo de esas aguas, kilómetros enteros de suelo firme vieron la luz de los cinco soles por primera vez.
-Que un hermoso tapete verde cubra las tierras, y que también de ellas boten delicadas flores y enormes arboles y que con sus aromas endulcen el aire que empieza a vivir- dijo Asto-  un verde y suave pasto acompañado de millones de flores tapizaron las tierras ocultando la negrura del suelo, los arboles crecieron como enormes gigantes dando grandes y dulces frutos muchos de los cuales ya no existen ahora.
El cuarto Dios tomo algunas piedras del suelo y las arrojo al cielo y a los mares –Que existan en los mares monstruos marinos y toda clase de ser vivo que pueda vivir bajo el agua y en los cielos naveguen sobre los vientos las aves que con sus cantos alegren la vida de quien les escuche-  -dijo el cuanto Dios- nombre que no me atreveré a mencionar por el sumo respeto que se le debe de tener pero que en este relato conoceremos como Jasar.
 El cielo y los mares se encontraron pronto con vida, puso una mano en el suelo y  Jasar dijo            –salgan a la luz todo tipo de bestias, insectos, reptiles y todo animal que ande en cuatro patas en dos patas en pesuñas en garras y aduéñense de todas las tierras- y al instante se desenterraron todo tipo de seres vivientes uno de cada especie con su respectiva pareja.
  Así fue como en un día se creó al mundo que precedió al nuestro. Los Dioses estaban satisfechos vieron que todo era bueno y lo bendijeron. No tardaron  en pasar muchas puestas de sol antes de que se sintieran inconformes, los animales eran tontos y no podrían rendirles tributo y adoración así que en un afán egoísta si me lo permiten decir crearon al humano, un ser a la imagen y semejanza de los Dioses excepto en poder. Los hombres trabajaban la tierra, construyeron refugios y poblaron rápidamente el nuevo mundo,  adoraban a los Dioses con suma devoción y respeto y pronto se ganaron el cariño de los Dioses que los consideraban su mejor creación y su favorita.
Los animales aun no domesticados por los humanos ofendidos y a la vez celados atacaban a los humanos que eran indefensos ante sus garras, pezuñas, filosos colmillos y demás. Los Dioses al ver lo que sucedía de nubes y rayos de sol crearon Ángeles, seres a la imagen y semejanza de los Dioses pero con alas  a los que se les otorgo magia para poder defender a cada humano.
Cada hombre recibió un Ángel guardián para ser protegido, fue una buena idea pero no habían tomado en cuenta que los humanos en su afán de venganza usaron a sus Ángeles para atacar a los animales dejándolos casi extintos.
Los humanos esclavizaron a sus Ángeles pues estaban a sus servicios por mandatos divinos. Tal abuso fue excesivo que algunos Ángeles se levantaron en armas y comenzaron a matar a los humanos y después se levantaron contra los Dioses que vivían en el cielo para vengarse de haber sido creados para ser esclavos.
La guerra tuvo lugar muchos años tantos que el primero de los cinco luceros del día término por apagarse. Los Dioses casi derrotados por su creación plantaron un árbol divino del cual brotaron 100 frutos cada uno con diferentes especies mágicas, tomaron tres frutos de aquel árbol del cual nació un dragón, la raza de los arcángeles y los angalados.
 El dragón tuvo que sacrificarse para que de él se forjara una armadura que detuviera a los Ángeles; y así fue, el dragón se sacrifico y de sus garras se forjo una espada tan filosa que podía contar diamantes sin dificultad, de se cabeza surgió un casco hermoso con adornos en forma de escamas que simulaban la cabeza del dragón, de su pecho nació un escudo casi impenetrable a cualquier metal o fuerza el cual tenía grababa el escudo de los Dioses y de su corazón un hermoso anillo reluciente y cegador a la luz del sol el cual daba poderes mágicos a su poseedor.
Los Dioses vertieron su sangre en la armadura que brillaba mil veces más que los cuatro luceros juntos. Escogieron el alma más noble de los humanos y con 7 hombres más ayudados de los arcángeles que eran una raza superior a los Ángeles y los angalados una especie de humanoide con poderes mágicos atacó el palacio de los Ángeles. La batalla no duro mucho pero no pudo matar a un Ángel el cual antes de lanzar un hechizo final que lo sumergiría en un sueño profundo juro venganza sus palabras  fueron algo parecido a lo siguiente –las tierras se inundaran de sangre y el cielo ardera en llamas me levantare con mis Ángeles y tomaremos la venganza que se nos ha sido arrebatada por tus manos- el hechizo era una fuerte maldición pues el noble caballero de nombre desconocido comenzaba a morir; antes de poder descansar en el sueño del cual no se despierta escondió en el mundo las piezas de la armadura para que nadie las encontrara la menos que fuera necesario.


Después de esta pelea los humanos se portaron amables con los animales y los animales se dejaron domesticar por el hombre y todo comenzó a ser paz y tranquilidad por mucho tiempo hasta que la maldición trajera la guerra al mundo y despertara el alma de los Ángeles.
Los arcángeles reinan con los Dioses en lo alto del cielo mientras que después de la guerra los angalados desaparecieron y hasta la fecha nadie sabe donde están.
El infierno como lo conocemos no es otra cosa que el castillo donde vivían los angalados y en donde se manda a las alamas de las personas que obran mal en su vida.
De los 97 frutos del árbol sagrado nacieron especies mágicas como las hadas, los minotauros, los fénix, los gnomos, los elfos, los pegasos, los unicornios, las arpías, los ogros, los gigantes y especies que detallare más adelante en la historia.






Seguire posteando siempre y cuando el autor me brinde su autorización para hacerlo. Un saludo a todos, y un agradecimiento a Jossue por dejarme publicar su historia.